¿Cómo obtener información de empresa para saber qué clientes son fiables?

Fiar o no fiar a un cliente

Una cosa es vender y otra cobrar. En el mundo de la empresa y los negocios no necesariamente estas acciones se producen a la vez. Y tan importante es que una empresa sea capaz de salir a vender y lo logre, como que cobre por el producto o servicio que ha logrado vender. Sin cobrar, no hay caja y sin caja no se hacen frente a las obligaciones. Por tanto, siempre ante un nuevo cliente que entra lo más lógico es ser conservador a la hora de permitir métodos de pago, pero incluso aunque un cliente haya ido abonando sus facturas con regularidad y a tiempo, no siempre las empresas pueden fiar a los clientes. Especialmente cuando sigan patrones anormales en cuanto a sus pedidos o lo detectes en su comportamiento o similares. Ante esta situación qué puede hacer una empresa que se encuentra en un momento de incertidumbre en el sentido de que no quiere quedar mal no fiando a un cliente que en teoría parece buen cliente a futuro y está pidiendo unas determinadas condiciones.

El consejo es claro, trata de recopilar la mayor información de empresa, para ello puedes hacer uso de herramientas como Informa que proporcionan informes sobre la situación financiera y contable de las empresas, de forma que te permita conocer el balance de la empresa en años anteriores, en caso de que la hubiera presentado. Es decir, con informa puedes optar por recabar rápidamente la información de sus cuentas anuales en cuestión de un par de clicks, junto con información de los administradores de la sociedad o incluso si tienen alguna sociedad o marca vinculada a la original. De forma que luego tu a raíz de la información que consigas de este sistema puedas valorar si merece o no la pena jugársela ofreciéndole riesgo o forma de pago diferente a la de efectivo.

No pongas en riesgo tu empresa por una decisión precipitada en el tiempo, por no haber obtenido previamente información sobre tu cliente de forma adecuada a través de las diferentes fuentes disponibles, cuestionar esta y finalmente meditarla. Tu futuro y el de los tuyos te lo agradecerán… A veces es mejor no vender un proyecto, que venderlo y luego no cobrarlo. Es como del blanco al negro. ¡Sé responsable en la gestión!