Publicidad exterior: Renovarse o Morir

Publicidad Exterior en la calle

Publicidad Exterior en la calle

La grave situación económica por la que está atravesando Europa, y de manera más incipiente, la que sufre España, hace que el mundo del marketing, y la publicidad como herramienta del mismo, evolucione despacio. Los medios económicos y los presupuestos se han visto reducidos enormemente y la inversión publicitaria que antes servía para rellenar espacios en televisión, exterior, radio o prensa, ahora vuelcan sus esfuerzos en Internet; donde el ROI es fácilmente medible y donde las campañas se pueden segmentar de manera más definida, difícilmente superable en otros medios.

Precisamente la agilidad, la facilidad de medición de las conversiones, los costes por impacto, etc es lo que ha hecho de este medio el objetivo de toda empresa en cuanto a inversión publicitaria. El auge por internet ha dejado sumido al resto de canales tradicionales en el desamparo, a la deriva más vergonzosa. Los periódicos apenas traen publicidad los domingos (cuando la audiencia, en teoría, debería multiplicarse por tres), las radios cierran programas y sólo apuestan por los de máxima audiencia, y en televisión (ante tanta oferta) los packs de tarifas se han devaluado y son más económicos que antes. Pero ¿y qué pasa con la publicidad exterior?

Seguramente cuando uno piensa en publicidad exterior directamente está pensando en la multitud de formatos de vallas publicitarias que existen en el mercado y vemos instaladas por las carreteras y ciudades de nuestro país. Pero la publicidad exterior va un poco más allá, además de las vallas de publicidad también consideramos los OPIS, MUPIS, marquesinas, tótems, monopostes publicitarios, señalética, pantallas de leds publicitarias, lonas publicitarias de pequeño y gran formato, roadshows, etc. https://www.pymemarketing.net/blog todo este conjunto de soportes, al igual que está pasando con el resto de canales tradicionales están viendo peligrar desde hace tiempo su existencia.

Actualmente hemos llegado a un punto de inflexión donde la publicidad exterior debe dar el salto al precipicio en busca de algo novedoso, o morir en el intento. https://www.pymemarketing.net/blog de hecho la evolución lógica del sector ha de ir (y va) de la mano de las innovaciones tecnológicas (cada vez más debe ser un mix de tecnología y nuevos soportes) pero la falta de medios económicos hace que las inversiones en I+D no salgan de las mesas de trabajo. ¿Por qué? Por los costes de producción, parece evidente.

Poco a poco, sobretodo en las vías de más audiencia encontramos espectaculares monopostes luminosos coronados con pantallas LED, un alarde de ingeniería y tecnología sin igual que permite una flexibilidad total para dirigir mensajes publicitarios directos y concisos en momentos determinados (no olvidemos que la publicidad exterior es quien mejor complementa las campañas publicitarias televisivas). ¿Pero quién puede permitirse semejante presupuesto? Es evidente que sólo las grandes empresas. Como parte de la estrategia comercial y publicitaria queda espectacular ver una marca reflejada en una de esas luminosas pantallas, el recuerdo perdura inconscientemente en la mente del espectador y enseguida puede relacionarlo con algo que ha visto en televisión o en internet. Pero con estos puntos de luz tan llamativos (donde inequívocamente se dirigirán nuestras miradas) ¿podemos realmente segmentar a la audiencia de la misma manera que con los circuitos tradicionales? Todos sabemos que la segmentación se complementa con la proximidad, y la proximidad se la da precisamente el medio exterior. ¿Entonces es eficaz esa pantalla de luz en la entrada de una ciudad? Sí, como refuerzo de la imagen de marca es ideal.

Pero ¿qué pasa con la interactividad de los medios digitales contra los medios tradicionales? La publicidad exterior debe dejar de ser “https://www.pymemarketing.net/blogo, la marca, hablo con el consumidor y lanzo un mensaje al mundo” para empezar a interactuar con el usuario. https://www.pymemarketing.net/blog precisamente es aquí donde quería llegar. Pese a lo que piensa la mayoría de la gente, la interactividad, la digitalización en el medio exterior hace tiempo que está siendo integrada a nuestras vidas, una digitalización que es mucho más “indoor” que “outdoor” con circuitos en centros comerciales, centros deportivos, universidades, hoteles, taxis, etc…

El viejo modelo publicitario agoniza esperando un cambio, el sector de la rotulación avanza mucho más rápido que los propios soportes, que siguen anclados en los años 90, con necesidad de cambio pero con poca flexibilidad para hacerlo. Los costes inherentes a las estructuras son a veces insostenibles y la falta de consenso en las tarifas comerciales de agencias y exclusivistas que ven peligrar su modelo de negocio devalúan su credibilidad (y valor) de cara al anunciante.

Entretanto las empresas proveedoras siguen creando modelos, tipos de soportes, buscando la interactividad entre marcas y usuarios y viceversa, incluso entre usuario/usuario hablando de marcas en común. Pero son pocas las agencias que incluyen en sus planificaciones un presupuesto elevado para este tipo de campañas. Básicamente porque pocos son los exclusivistas que apuestan por este tipo de modelo. Pero la supervivencia del sector exterior depende en gran medida de este tipo de ideas innovadoras que puedan ligar las nuevas tecnologías con la creatividad que siempre se ha desplegado y ha caracterizado a la publicidad exterior.