Las empresas por su dinámica de trabajo precisan de servicios de abogacía en diferentes momentos de su actividad empresarial. Depende, en gran medida, del tipo de sector y negocio que operan.
Hay sectores muy dinámicos que requieren incorporar abogados en plantilla por su alta litigiosidad con clientes o proveedores o porque constantemente precisan la redacción de contratos para negociar con clientes y proveedores la prestación de servicios «ad-hoc».
Sin embargo, otras empresas los usan de forma menos regular porque presentan menos problemas relacionados con temas contractuales, litigios, no se presentan a concursos públicos, licitaciones, etc o simplmente tienen una actividad más rutinaria en sus ventas por lo que solo suelen precisar contratar una abogado cuando se les presentan nuevos retos, inician nuevas actividades o se regula algo de su sector o de manera generalista para todos y resulta preciso adaptar los contratos a la nueva legislación vigente en el momento.
Para este último tipo de empresas, las cuales precisan de servicios puntuales, lo ideal es contratar con empresas especializadas en los diferentes campos del derecho, como por ejemplo, https://www.gestiun.com especialistas en derecho civil, quienes cuentan con especialistas con ánimo de facilitar lo máximo posible a las empresas que contratan los servicios.
El motivo de externalizar la contratación de servicios de abogacía, está claro que responde a dos motivos. El primero, los costes, es más barato si no se usa a diario un servicio subcontratarlo, es decir, pagar a un profesional por sus servicios que incorporarlo a plantilla. Y el segundo, por una cuestión de especialización; Cuando son servicios esporádicos los contratados lo deseable es tener al mejor profesional para cada tipo de operación, de tal forma, que puedas lograr un servicio excelente.
Por tanto, internalizar la contratación de un abogado en la empresa solo compensará cuando lo asuntos a gestionar sean considerables y se le pueda dar suficiente carga de trabajo como para tener un nuevo empleado en nómina. Siempre que esto no sea así lo mejor es apostar por la contratación de un servicio jurídico externo a la empresa, bien pagando una minuta de servicios profesionales todos los meses, que te da derecho a una serie de contraprestaciones previamente acordadas todos los meses o bien por pagos puntuales en función de lo que se precise.
A la hora de contratar un buen abogado el criterio que más suelen valorar las empresas es que venga recomendado por alguien de confianza que ya ha trabajo con ese despacho de abogados previamente y ha acabado satisfecho porque le ha resuelto de forma satisfactoria el asunto, pero si no se conocer a nadie porque se trata de una materia algo desconocida los dos criterios que más se suelen utilizar antes de contactar a un profesional de la abogacía son:
1. Que su visibilidad online sea positiva, es decir, que se aprecie cierto grado de especialización en la materia para la que se le va a contratar. Este aspecto, algunos profesionales lo trabajan especialmente bien a través de la creación de contenidos, tanto en su blog, como en redes sociales o en Youtube. La creación de contenidos y su difusión es la forma más sencilla de llegar a clientes, a veces, incluso antes de que tengan un problema relacionado con la actividad que les prestan.
2. Que tenga buena reputación online, es decir, haya buenas valoraciones de clientes anteriores en redes sociales, en google maps, foros o incluso testimonios de clientes a los que les haya llevado el caso en su web.
Esperamos que te hayan sido de utilidad estos consejos a la hora de contratar un buen abogado que pueda gestionar los problemas que estés teniendo actualmente, así como para acertar en el tipo de contratación que deberías plantearte realizar cuando precises de sus servicios.

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